¿Para qué se plantea una empresa estar en Internet? Hay muchas estrategias posibles empezando por el simple… “porque hay que estar”. Cuando estás tú solo, tu presencia virtual es ineludible. De hecho, ésa debe ser tu prioridad. Yo tengo que estar en Internet para reforzar mi mensaje presencial y para llegar allí donde en persona nunca podría hacerlo. Y eso pasa por tener luz propia en el universo virtual. Sin luz, nadie va a saber que estás ahí, nadie se va a suscribir a tus contenidos y nadie va a comprarte nada en la vida. Siendo magnánimo, actualmente mi web es poco más que una luciérnaga en medio de una noche de luna nueva en medio del mar. Tres meses son poco recorrido para extraer conclusiones y menos aún cuando he optado por artículos más ricos en contenido y, por tanto, menos frecuentes. Pero aún así conviene hacer cambios desde ya. Aspiro a convertir esa luciérnaga… por lo menos en… un led. Para que algunos navegantes que pasen cerca sí se percaten de su existencia.
Me hice una pregunta que me alertó acerca de todo esto: ¿bajo qué términos de búsqueda querrías que Valor 2.0 apareciera en Google? Y ahí es donde… ¡eh! Bueno… yo… ofrezco valor sí… a organizaciones adaptativas… Y hago GTD y soy PMP y sé de METS y… ¡uff! A estas alturas debo de tener bien despistados a los motores de búsqueda de Google.
Cuatro ideas acerca del mundo SEO
En su día ya me había introducido (con más curiosidad que decisión), en el mundo del [tooltip text=»Search Engine Optimize»]SEO[/tooltip] y sabía de la importancia de intentar salir arriba en los resultados de búsqueda de Google o de Bing; lo que técnicamente se denominan [tooltip text=»Search Engine Result Pages»]SERP[/tooltip]. Sin ir más lejos, había llegado al nombre de mi dominio (mirada fugaz a la barra de navegación…) por medio de un estudio de resultados con la herramienta Market Samurai, que aseguraba que ya había un cierto número de usuarios buscando cada mes el término “Valor 2.0” en la web. Ahora he profundizado. Por una mezcla de necesidad y de viva curiosidad continúo aprendiendo de este mundo gigantesco en el cada vez más gente está buscándose las habichuelas de formas que a los profanos les resultarían sencillamente asombrosos.
El marketing de afiliación, por ejemplo, es un modelo de negocio basado en:
- Plantar una web en Internet
- “ingeniárselas” para captar muchas visitas y
- resultar atractivo como plataforma de diferentes anunciantes que te van a pagar por cada clic que desde tu página hagan los navegantes.
En principio, para captar mucho tráfico tienes que generar mucho contenido interesante. Si quieres vender… no sé… alojamiento para mascotas tienes que lanzar mensajes para ese ámbito y poner muchos consejos acerca del cuidado para tu perro o tu gato, y resaltar lo interesante de poder irte de viaje sin tener que molestar a nadie, etc. Hace ya algunos años, algunos avispados se dieron cuenta de que, en realidad, no era tan importante ser un especialista en la materia como ser capaz de hacer que Google mostrara tu página en los primeros diez resultados de búsquedas relacionadas. “Hoteles de perros” y sale tu página. “¿Dónde puedo dejar mi gato unos días” y sale tu página. “Confort para tu mascota” y ahí apareces…
Aunque nunca te hayas parado a pensarlo, seguramente cualquier usuario de Google intuye –como extrapolación de su propio comportamiento-, que cuanto más arriba sale un resultado, las probabilidades de visitar ese sitio y no otro, son mayores. ¿Cómo de mayores? Algunos os vais a asombrar…
Fuente: Seobook
Es decir, que el 42,13% de las personas pincharán en el primer resultado de una búsqueda de Google; el 11,9% lo harán en el segundo y así sucesivamente. Estar ahí arriba implica cientos, miles o incluso millones de personas asomándose a tu web. ¿Realmente te imaginas una tienda con un escaparate similar?
O, visto desde el otro lado, no hay gran diferencia entre salir en la 3ª página de resultados, en la página 30 o en la 300: básicamente eres igual de invisible.
Si ignoras este hecho fundamental, puedes hacer los esfuerzos que quieras, pero no prosperarás, nadie va a saber de tus magníficos servicios. La clave radicaba en entender en detalle cómo funciona el motor de búsqueda de Google y actuar en consecuencia. Problema: la forma en la que Google rastrea toda la Internet del mundo para enterarse de lo que hay por ahí y plantarlo como resultado de las búsquedas es una fórmula, un algoritmo… secreto. Sin embargo, a base de ensayo y error y de compartir el conocimiento, algunos fueron dando con las claves. Y empezó la carrera del ratón y el gato.
Hay toda una ciencia detrás de ese objetivo de salir alto en los resultados de búsqueda:
- seleccionar con precisión las palabras clave (keywords) adecuadas
- conseguir que muchas otras webs enlacen a la tuya (linkbuilding)
- optimizar la forma en la que escribes los contenidos (SEO on page)
- utilizar las redes sociales como potenciador de tu mensaje, (SMM Social Media Marketing)
- …
Hasta tal punto se especializaron los profesionales del medio que comenzó a ser posible posicionar en alto algunas webs que estaban “SEOoptimizadas” sin tener, en realidad, unos contenidos valiosos. Lo importante ya no era ofrecer un servicio profesional y honesto para alojar tu mascota, sino conseguir que pasaran por la página miles de aficionados a los gatos para que acabaran pinchando en el enlace de Whiskas y yo me llevara un dinerito. Punto.
Panda, Pingüino y Colibrí
Pero Google captó esta jugada. Y empezó a cambiar cosas en sus motores de búsqueda con el objetivo declarado de que sus resultados respondieran al valor real de cada página web. Si tus contenidos son buenos, originales, frescos, cuentan con muchos comentarios y hay muchos enlaces en Internet apuntando a ellos, debes estar arriba. Y si lo que estás haciendo son juegos malabares para “parecer que” sin serlo… debes estar abajo. Por su parte, los especialistas en SEO denuncian que lo que Google pretende a la postre es potenciar su negocio primando que los contenidos promocionados (esos que salen en la columna derecha o en la primera franja de la ventana) no salgan acompañados de resultados que pudieran resultar más atractivos a los ojos del navegante.
En el siguiente esquema se resume la evolución de los motores de búsqueda de Google. Aunque Google no se pronuncia al respecto, por diferentes medios se han ido bautizando estos motores con diferentes nombres que últimamente recurren al mundo animal: Panda, Pingüino (Penguin) y Colibrí (Hummingbird).
Fuente: dci
Cada una de estas actualizaciones ha servido para ir alterando las reglas de juego. Así que criterios que hace un par de años podían ser muy válidos para posicionarse en alto, ahora mismo pueden incluso servir para desclasificarte.
Con los últimos cambios y atendiendo a lo que dicen los superespecialistas, Google pasaría a considerar mejores resultados aquellos de formato largo, contenido original y que contengan expresiones típicamente “humanas” como puedan ser los sinónimos o las metáforas. Y dejaría de primar lo que en el pasado ha sido el sancta sanctorum: las palabras clave.
Las palabras clave son etiquetas que sirven para clasificar un sitio, un producto, un artículo. Antes, cuando el robot de Google se asomaba a una web rastreaba esas etiquetas y así, sin necesidad de “leerlo”, interpretaba todo el contenido del sitio. Si eras hábil en la utilización de estas etiquetas o keywords, le podías dar el pego.
Por increíble que parezca –atención periodistas-, existen generadores de contenido automáticos que escriben artículos en base a una serie de reglas. Y, por supuesto, lo hacen de manera SEOoptimizada y trufados de etiquetas atractivas para los buscadores. Google pretende acabar con eso y dar más peso al contenido escrito por personas.
Keywords y Valor 2.0
Con todo, las etiquetas van a seguir siendo importantes. Y utilizar títulos y categorías (tanto en la web como en sus entradas) que tengan esto en cuenta equivale a evolucionar tu luciérnaga hacia un led o… ¡hacia un foco de 500W en medio de la noche cerrada!
Retomo la pregunta que me hice al principio: ¿por qué conceptos quiero que Valor 2.0 sea rastreado y encontrado en Internet? ¿Cuál debe ser la meta description del sitio web? O, dicho en roman palatino, ¿cuál debe ser la descripción del blog y, por tanto, el nuevo leitmotiv del negocio?
He utilizado algunas herramientas entre las que destaca el Planeador de palabras clave de Google y algún generador de combinaciones como Übersuggest. Es una herramienta a la que le aportas las ideas más importantes que quieres resaltar y te ofrece decenas y decenas de combinaciones y propuestas. Tú le apuntas “Productividad personal” y…
Pero, sobre todo he utilizado las claves de reenfoque del negocio que ya apunté en mi anterior cápsula. Las herramientas y la tecnología están bien pero lo principal es tener bien claros los fundamentos. Tenía que buscar un término que reflejara bien el negocio en el que me quiero centrar, que fuera entendible y atractivo a los ojos de un humano y –tan importante o más-, a los ojos de Google. Cercano para el target en el que me voy a centrar. Sencillo pero a la vez completo. Con términos entendibles tanto en España como en Sudamérica.
A la vista de todos estos requisitos no es de extrañar que acabara invirtiendo casi 20 horas en encontrar la combinación exacta que finalmente me ha convencido.
20 horas que, para colmo, no estaban asociadas a ninguno de mis objetivos anuales planteados en mi Cuadro de Perspectiva Personal. De hecho, el reenfoque de Valor 2.0 implica también cambios en mis objetivos, que tras un primer cuarto del año se han demostrado inviables.
El resultado de todo esto, en la siguiente y última cápsula sobre este proceso evolutivo.
[toggle title=»Para saber más…» open=»false» icon=»star»]
Historial completo de los algoritmos utilizados por Google.
Generador de contenidos robotizado.
Ejemplo de artículo escrito por un robot.
[/toggle]
Deja una respuesta