Incluso alguien con nulo conocimiento acerca de alguna de las profesiones de jurista dirá intuitivamente que son personas que trabajan con mucha documentación. Con mucho, mucho texto. Libros, escritos, notificaciones, documentos digitales,… ¿y con mapas mentales? ¿hay una forma de utilizar mapas mentales para abogados?
Un notario, un juez, un fiscal,… son seguramente capaces de procesar y retener muchísima más información en formato texto que otros trabajadores del conocimiento, como un médico o un geólogo.
En formato texto. Una línea detrás de la otra, de izquierda a derecha, de arriba abajo. Un párrafo tras otro, una y otra y otra página,… o folios, como habitualmente nos cuentan en las noticias (el expediente del caso X lo componen 500.000 folios).
¿Algún problema con el formato texto? Ninguno para quien se ha ejercitado toda la vida sobre él. Con sus postits de colores, sus subrayados en rotulador, sus anotaciones al margen…
Pero hoy ya sabemos que NO es lo más eficiente. Tony Buzan, al que se le atribuye la invención de los mapas mentales explica que un concepto es más fácil de asimilar y memorizar cuando su representación se asemeja a la forma en la que nuestras neuronas están organizadas. La forma en la que funciona nuestro cerebro.
Así, un mapa mental es la representación de una idea clave (que se pone en el centro de una imagen) alrededor de la cual vamos conectando otros conceptos o ideas secundarias, de las que a su vez podemos ir colgando otros. Idealmente esos conceptos se representarán con etiquetas breves o –mejor aún-, con imágenes. Y –ya para nota-, las ramas que interconectan todo pueden ser de diferentes colores y grosores.
Fuente: Municipio de León Guanajato (México)
Muy bien. Pues para no dejarme nada en el tintero, yo también he preparado mi propio mapa mental.
La idea
Con el mapa mental podemos representar conceptos, ideas, tareas,… (hay quien, por ejemplo, los utiliza para planificar proyectos).
Aunque el formato más utilizado es el ya expuesto (una idea central y otras subsidiarias generalmente colocadas alrededor en sentido horario), podemos hacer otros planteamientos. En forma de organigrama, o de diagrama causa efecto (o diagrama Ishikawa), o como árbol lógico.
Ni que decir tiene que esto se puede hacer en papel o en una pizarra. Pero hoy hay herramientas muy útiles con las que podemos fácilmente hacer virguerías.
Con la intención decidida de no convertir esta cápsula en un artículo comparativo de aplicaciones software, me limitaré a enumerar unas pocas para que podáis profundizar por vuestra cuenta. Hay alguna más pero no son muchas.
Algunas de estas herramientas trabajan online, vía web. Como mind42 o mindmeister. Mis creaciones estarán en la nube y puedo compartirlas fácilmente enviando un enlace a mis socios, clientes,…
¡Ya! Que no os veis planteando un caso en una herramienta “pública”.
Por eso tenemos la opción de trabajar en local. Es decir, como el Word o el Excel. Me instalo un programa en mi ordenador (o tableta) y trabajo en mi equipo. Sin dependencia de una conexión a Internet y con plena privacidad de mi trabajo. Tres alternativas: XMind, MindManager y The Brain. Esta última, por cierto, a pesar de que es una herramienta bastante antigua, tiene un enfoque fascinante. Un poco complejo al principio, pero con un gran potencial.
Y también tenemos otras herramientas que pueden trabajar tanto en local como en la nube. Como Mindomo o la que edita el propio Tony Buzan: iMindMap.
Cualquiera de estas aplicaciones te permite exportar los mapas a diferentes formatos: JPEG, PNG, PDF… Por lo que resulta sencillo crearlos y añadirlos a un expediente o incrustarlos en un texto a modo de apoyo.
¿Cuál me conviene?
- Si aspiras a hacer una cosa muy visual y colorista, muy pegada a los principios de Tony Buzan, opta por iMindMap. Pero ten en cuenta que cuesta 190 €…
- Si vas a empezar con esto del mindmapping, mi recomendación es XMind. Tiene dos versiones: una gratuita y otra de pago. Pero la gratuita funciona perfectamente y será más que suficiente en la mayoría de casos.
- Si sois un despacho mediano/grande es probable que después de unos primeros ensayos demandéis más funcionalidad, más prestaciones. En ese caso os sugiero MindManager. Posiblemente la más completa de todas (al precio de unos 300 €)
- Y, también con una versión gratuita muy potente, si de verdad quieres montarte una auténtica herramienta de soporte personal mental, con referencias cruzadas entre los diferentes conceptos, te sugiero The Brain. Esta aplicación por sí sola demandaría un post. Sirve, por ejemplo, como magnífica solución para el material de referencia en tu sistema GTD.
¿Y para qué le sirve todo esto a un abogado?
Contesto a la gallega: con otra pregunta. ¿Tú qué persigues para tu cliente? Respuesta evidente: un resultado favorable. Bien sea en un proceso de negociación, en una mediación o en un juicio. Lo que quieres es que salga ganando.
¿Cómo se consigue eso? Seguro que cada uno de mis lectores podría explicarnos una fórmula adecuada. Yo voy a dar una genérica. Se consigue…
- Recopilando tanta información relevante como sea posible.
- Organizando esa información (qué ayuda, qué entorpece, qué importa, qué es prescindible…) de forma estructurada y manejable.
- Presentando el resultado de la manera más clara y convincente posible.
Bueno pues… y esto que pongo a continuación no es de mi cosecha… sino de un artículo de la revista de la American Bar Association (ABA). Decía el articulista que los abogados sois muy buenos en cada una de esas tres facetas. Pero generalmente sois un desastre a la hora de integrarlo todo. Insisto: lo dice la ABA; no yo.
Remachaba el autor: la información que nos llega la acabamos poniendo en diferentes sitios. Tenemos que aglutinarla y releerla para organizarla adecuadamente. Y después empezar de nuevo con el proceso una y otra vez cuando ya casi es la hora de presentar. Cambiamos de herramienta varias veces a lo largo del proceso y a menudo nos sorprendemos a nosotros mismos introduciendo la misma información un montón de veces.
En este escenario, ¿para qué mapas mentales para abogados?
Para recopilar en un único contenedor (nuestra herramienta software) todo lo que importe en relación al caso. El mapa puede hacerse grande y complejo, pero estará ahí todo.
Para organizarlo todo a medida que va llegando. No necesariamente (casi nunca, imagino) de una forma secuencial y ordenada. Con todo el mapa a la vista, colocar cada concepto donde corresponde y establecer conexiones que se nos hubieran pasado por alto es más sencillo.
Para presentar. Utilizando el mapa como un guión de su exposición, de su escrito final o… ¡incluso! Exponiéndolo directamente en un juicio o a un jurado popular. ¿Acaso este mismo artículo no ha resultado más claro y convincente gracias al apoyo del mapa?
Yo uso el mapa mental, versión manuscrita, para exponer oralmente las conclusiones del juicio. Me sirve para organizarme y no olvidarme nada. No se me había ocurrido para prepararlo desde el inicio. Parece muy buena idea. Lo probaré. Gracias, muy interesante.
Gracias a ti por tu aportación, Chantal. ¡Versión manuscrita! ¡Cómo os gusta el papel y el boli!
Sugerencia: coge uno de tus mapas ya hechos en papel y prueba a hacerlo en XMind. Y a ver qué pasa…