Hace ya algunos años, alguien desde la Unión Europea pensó: ¿cómo podríamos fomentar la innovación desde las Administraciones Públicas? Y nació la figura de la Compra Pública Innovadora (CPI). No es un invento de ayer. Ya figuraba en el plan de desarrollo para la mejora de la competitividad (años 2000-2010) de la Estrategia de Lisboa.
El objetivo es propiciar que los estados miembros inviertan en I+D+i de una forma alternativa a como se venía haciendo. En lugar (o además) de lanzar convenios, programas marco, subvenciones o fondos específicos, se pasa a invitar a las administraciones a que realicen la compra de los productos y servicios que necesiten de una forma novedosa. De una forma que sirva de apoyo a las empresas innovadoras y, de paso, permita a las AAPP acceder a lo más puntero en cada uno de sus ámbitos de actuación (sanidad, urbanismo, energía…).
Incluso la Ley de Contratos para el Sector Público (2007) y su posterior texto refundido (2011) ya abrían la puerta a los llamados Contratos de colaboración entre el sector público y el sector privado. Pero no es hasta 2011 cuando los políticos se ponen las pilas de verdad con este asunto fijando presupuesto para realizar CPI, editando una guía de ayuda para AAPP y empresas, incluyendo disposiciones específicas en la Ley de Economía Sostenible y dándole, en definitiva, el empujón que requería para arrancar.
¿En qué consiste?
Tú eres una administración pública y quieres abordar un proyecto de una cierta complejidad técnica. Incluso careces de recursos para discernir entre las diferentes opciones que pueda haber (si hay) en el mercado. Siempre puedes optar por la vía clásica: llamas a unas cuantas empresas del sector a que te cuenten cosas y sacas un pliego para que compitan por ayudarte en tu misión. Tu primer problema es que, con los recortes, va a ser difícil dotar un proyecto en condiciones. El segundo e inmediato, que si la cosa es realmente novedosa o puntera, no vas a tener referencias, experiencia de otras administraciones,… ¡vas a estar solo! Y correrás el riesgo de convertirte en el conejillo de indias del adjudicatario.
¿Es tu caso? Entonces necesitas una CPI. Hay dos tipos de CPI que se entienden muy bien si los asociamos a las diferentes fases por las que transcurre una innovación.
[list] [list_item icon=»hand-right»]La [tooltip text=»Pre-commercial procurement»]Compra Pública Precomercial (CPP)[/tooltip] se aplica cuando la materia objeto de interés está, todavía, en fases muy tempranas. Puede ser sólo una idea, o estar en fase de diseño o quizás, aspires sólo a conseguir un prototipo. En este caso el comprador público comparte con las empresas los riesgos y los beneficios de la investigación. Generalmente habrá varias empresas que intervengan en cada una de las fases en un proceso que normalmente debería ir sirviendo de filtro para las que realmente apuesten por la colaboración.
[/list_item] [list_item icon=»hand-right»]La [tooltip text=»Public Procurement of Innovation»]Compra Pública de Tecnología Innovadora (CPTI)[/tooltip] es la que se utiliza para llegar a un producto o servicio terminado / entregable en un tiempo razonable.
[/list_item] [/list]Es decir: si la innovación está muy verde y tan sólo podemos plantearnos llegar a un diseño o un prototipo (más cerca del I+D…), optaremos por la CPP. Y si la cosa está un poco más madura y aspiramos a algo más terminado y comercializable (más cerca del …D+i), nuestra opción es la CPTI. Cada una de las figuras tiene un tratamiento diferenciado.
Entre otras cosas, la Compra Pública Innovadora aporta luz y cobertura a algunas situaciones que yo he vivido en primera persona: la administración pública de turno saca un concurso consciente de que no existe una solución terminada y operativa en el mercado. Y la dirección comercial de la empresa de turno –que sabe algo de la materia pero no tiene un producto acabado-, decide que se va. Y se va. Y se gana. Y luego aparecen los problemas porque ni uno ni otro parten de un alcance bien definido. Y ni uno ni otro lo reconocen abiertamente hasta que se hace evidente. Pero eso es otra historia. Vamos ahora a ver…
¿Cómo es un pliego de CPI?
Casi mejor empezamos diciendo cómo NO ES un pliego de Compra Pública Innovadora.
- NO ES un nuevo tipo de contrato: se aplican los existentes (obras, servicios, suministros o colaboración público-privada).
- NO ES una nueva forma de adjudicación: siguen siendo de adjudicación directa, negociado con o sin publicidad, diálogo competitivo…).
Es decir, que prácticamente se articula como cualquier otro pliego. Algunos casos llaman la atención porque más allá de etiquetarse como “CPP” o “CPTI” (supongo que para acceder a fondos preferenciales) no implican nada especial ni para el comprador ni para el adjudicatario.
Pero no es la idea. Lo normal es que la condición de “innovador” tenga una repercusión en la parte más sensible de un pliego: los criterios de evaluación. Algunos criterios novedosos que pueden incorporarse:
- Aportar un plan de negocio que defina los resultados y entregables que constituirán el producto o servicio comercializable. Que exponga un modelo de negocio para la explotación de esos resultados, con qué acciones de marketing, qué mercado potencial, y qué estudio de ROI cabe plantearse. Hasta un 5% de la puntuación.
- Identificación de elementos innovadores tecnológicos y organizativos que aporta nuestra solución. Hasta un 10% o un 15% del total.
- Porcentaje de futuros beneficios de explotación se ceden a la administración contratante. Hasta un 10% de los puntos. Me pregunto, en este caso, por el realismo de este criterio. Sospecho que más de uno comprometerá el 100% de esos supuestos beneficios. Y luego ya si eso…
Y, por último: el factor precio. Tan determinante en la mayoría de concursos hoy en día, puede pasar a un segundo o incluso tercer plano. La puntuación por este concepto baja habitualmente hasta un 15%, pudiendo llegar a suponer únicamente un 5% del total. Sobre todo en los de Compra Pública Precomercial.
¿Hay truco?
Una empresa que desconfíe puede preguntarse porqué, en última instancia, una administración pública opta por esta vía para sacar un concurso.
Un dato: un alto cargo del Ministerio de Economía explicando hace poco los fundamentos de la CPI acababa diciendo que el objetivo sería: te pagaré con lo que me ahorres. Es decir: si tu innovación es tan buena como dices, hazla, pongámosla en marcha, midamos su impacto económico y en base al ahorro obtenido, cobras.
Suena a las concesiones de servicios: tú paga la autopista y luego durante x años te llevas los peajes. Eso limita claramente el acceso a aquellos aspirantes con un fuerte pulmón financiero.
¿Son ya populares las CPI?
No. Es un fenómeno todavía incipiente. Fijaos en el siguiente gráfico. Hasta la fecha, el volumen económico dedicado a proyectos CPP y CPTI es modesto. Al menos si atendemos a las principales plataformas de contratación: la del Estado y las de Madrid, Cataluña, Euskadi, Andalucía y Galicia. En las referencias os dejo algunos ejemplos.
De momento, sólo la plataforma de contratación del Estado, incluye en su buscador avanzado un criterio específico para estos concursos:
Como dato llamativo, hay dos organismos que suman el 87% del total de los CP de Tecnología Innovadora (CPTI) en toda España. Ambos gallegos:
[list]
[list_item icon=»hand-right»]EMALCSA (Empresa Municipal de Aguas de La Coruña), que es la figura a través de la que el ayuntamiento de turno ha sacado a concurso los proyectos Smart City para la ciudad.[/list_item]
[list_item icon=»hand-right»]SERGAS (el Servicio Galego de Saúde), que sigue estando entre los departamentos de salud más punteros a nivel nacional.[/list_item]
[/list]
[toggle title=»Para saber más…» open=»false» icon=»star»]
- Fundamentos de la compra pública innovadora. Presentación de Luis Cueto Álvarez (subdirección de la innovación empresarial del Ministerio de Economía e Innovación.
- Guía de la Compra Pública Innovadora del Ministerio de Industria.
- Texto Refundido de la Ley de Contratos del Sector Público. Consultar los artículos 4.1.r), 13.2.b) y 11.
- Ejemplo de pliego CPP: Proyectos de investigación biomédica de la Universidad de Córdoba por valor de 3’8 M€.
- Ejemplo de pliego CPTI: sistema de gestión inteligente de servicios de urgencias (SERGAS). Por valor de 1’4 M€
[/toggle]
Deja una respuesta