David Allen tuvo 35 trabajos diferentes antes de los 35 años. Desde mago hasta cocinero pasando por profesor de karate. Tardó 4 años en escribir su primer libro. Cuando lo hizo se lo puso a un editor en la mesa diciéndole… “ahí van 25 años de trabajo. Y he probado que funciona. Nadie va a escribir otro como éste.” El libro era “Organízate con eficacia” y el método que describía, era GTD (Getting Things Done). Desde entonces, Allen se ha dedicado a difundir una forma de organización personal que ya cuenta con cientos de miles de adeptos en todo el mundo que -como él-, entendemos que FUNCIONA.
Nacido en 1945 en el estado de Louisiana es un hombre cordial de maneras simpáticas y excelente comunicador. Una de las cosas que no faltan en mis formaciones de productividad es un contraste entre las biografías de David Allen y Stephen Covey. Porque creo que son muy clarificadoras de la filosofía de sus respectivos métodos. El propio Allen se inspiró en Los 7 hábitos para dar con su elixir de la productividad. Él lo consideraba demasiado abstracto. “Los 7 hábitos están bien. Pero la gente cuando termina de leerlo sigue con la misma duda: ¿y qué hago con los 3.000 correos que tengo en mi bandeja de entrada?”.
David nació en el sur, estudió en Florida y vive en California. Está claro que no es amigo del frío. Coqueteó con las drogas en su juventud y ha tenido 4 esposas. En los 70 conoció a John-Roger, fundador de un movimiento religioso conocido como MSIA (Movement of Spiritual Inner Awareness), del que el propio Allen es hoy miembro señalado. Este predicador había desarrollado un polémico programa de autoayuda para jóvenes profesionales denominado Insight. Polémico porque, aunque muchos de sus seguidores decían haber alcanzado nuevas cotas de felicidad y plenitud, otros se habían vuelto majaras y hasta hubo algún suicidio achacado a estos principios. Allen participa en una revisión más light del programa y se convierte en uno más de sus divulgadores. Su carisma, su verbo y su buen humor hicieron el resto.
En los 80, después de su periplo laboral consigue un contrato con la Lockheed para desarrollar un programa enfocado a ejecutivos y mandos intermedios. Y ahí comienza a gestarse GTD. Además funda una empresa que desarrollaría aplicaciones de productividad para las Palm. Hay alguna escueta mención en su primer libro.
La empresa tecnológica no va bien. Y, por cierto, la gran reticencia que inicialmente muestra David al uso de tecnología, su insistencia en comenzar GTD sobre una base de papel y bolígrafo, procede de su fiasco con Palm. En 1996 abandona para fundar con su esposa Kathryn la David Allen Co. Hoy factura millones de dólares pero los principios no fueron fáciles. Como el propio David admite, él tenía facilidad de palabra pero la escritura no se le daba bien. De hecho sólo ha escrito 3 libros y el segundo no vale gran cosa.
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