Me advierten de que si me atrevo a plantear preguntas para abogados debería reservarme algo de tiempo… En realidad son preguntas retóricas, para tu introspección. Que confío te lleven a la reflexión y, quien sabe, a la acción. Ahí van…
[dropcap style=»circle»]1[/dropcap]¿Es esto para lo que estudiaste Derecho?
Pregunta trampa. En realidad, es frecuente que las expectativas profesionales que tenemos en nuestra etapa universitaria, a menudo no coincidan con lo que luego nos depara la realidad. Y eso con independencia de si eres un abogado o un biólogo. No iba por ahí. Perfilo la cuestión: de todas las cosas que haces en una semana tipo… ¿cuántas realmente tienen que ver con tu auténtica condición de abogado y cuántas son asuntos administrativos, tiempos muertos, revisión compulsiva del correo, aguantar conversaciones interminables de clientes pesados…?
Si esta pregunta te suscita una reflexión… incluso un cierto… ¿abatimiento?…, a lo mejor ha llegado el momento de invertir un poco de tu atención en recortar el “tiempo basura” y promocionar el tiempo enriquecedor.
[dropcap style=»circle»]2[/dropcap]¿Eres consciente de cómo estás usando tu tiempo?
Y no me refiero simplemente a pensar de vez en cuando sobre el particular. Lo que quiero decir es: ¿contabilizas tu tiempo? Peter Drucker dijo que todo ejecutivo eficaz mide su tiempo. Y es bien sabido que lo que no se puede medir, no se puede gestionar. Ni mejorar.
El tiempo del abogado ha sido tradicionalmente tan valioso que todavía hay quien puede cobrar directamente por él: media hora, tantos euros/dólares. Aunque es más habitual en el derecho americano. Allí hay multitud de aplicaciones disponibles para medir el billable time, el tiempo facturable. Aquí son menos, si bien los gestores de despacho suelen incorporar alguna funcionalidad al respecto. Me llama un cliente por teléfono, abro la aplicación, le doy al botoncito y contabilizo.
Si eres de los afortunados que consiguen vender de esta forma sus servicios, enhorabuena. Pero mi pregunta no iba tanto por ahí (uso minutado del tiempo) como por si registras y analizas la foto panorámica (en qué he invertido mi tiempo en el último semestre, si lo he hecho de forma alineada con mis objetivos…).
Ese análisis es fundamental para la gestión de un negocio del conocimiento. Y debe hacerse sobre la base de un plan previo que me permita comparar: ¿me he desviado mucho de mis intenciones a principios de año? ¿qué he cumplido? ¿qué no? ¿qué asuntos no previstos han surgido por el camino? ¿cuáles han de ser mis objetivos para la próxima temporada?
Esto puede hacerse directamente con papel y boli. Y hay algunas herramientas (pocas) que te permiten informatizarlo. Con el Cuadro de Perspectiva Personal tienes una forma sencilla pero potente de ponerlo en marcha.
[dropcap style=»circle»]3[/dropcap]¿Tienes una relación adecuada con la tecnología?
Entre las preguntas para abogados, ésta no puede faltar. Incluso a los profesionales de perfil técnico, la tecnología nos resulta invasiva, intimidatoria. Su ritmo de avance frenético no tiene fin. Apenas has aprendido a manejarte con una aplicación o con un nuevo dispositivo cuando ya te están anunciando el siguiente cambio de versión o modelo.
No puedes, ni vivir de espaldas a estos avances, ni consagrarte a estar al día. Bajo pena de desatender tu propia área de conocimiento, aquella en la que sí tienes que destacar y dar respuestas por las que te van a pagar.
En realidad, el equipo técnológico de un despacho de hoy en día no necesita ser tan, tan amplio. Pero sí bien elegido: una aplicación de gestión de despachos que se adapte a tu forma de trabajar, una base de datos de legislación, un certificado digital, un gestor de tareas, una única agenda sincronizada en cualquier soporte… y poco más. Siempre, eso sí, tan disponible como sea posible desde diferentes dispositivos y entornos (Windows, Mac, Android…).
En todo caso, encontrar el punto de equilibrio que te hace ser más operativo sin incurrir en una demanda recurrente de tu atención, es un arte para el que una ayuda externa, alineada con tus objetivos y con capacidad didáctica te ayudará mucho.
[dropcap style=»circle»]4[/dropcap]¿Tienes una relación adecuada con el papel?
Con leyes como la Ley de Enjuiciamiento Civil, que hacen expreso hincapié en el valor probatorio de los documentos, es complicado abstraerse de la necesidad de manejar papel en un despacho.
Las carpetas de expedientes y los archivadores son un elemento omnipresente. Y costoso. Porque a su mantenimiento hay que sumar el espacio, los metros cuadrados.
Ahora bien… una cosa son los ineludibles requisitos legales y otra la dinámica del despacho. Incluso los primeros comienzan a actualizarse a través de las plataformas tipo LexNet.
Mantener un espacio de trabajo invadido por el papel fomenta el error, el despiste, la saturación. El escáner y todo lo que viene detrás del escáner son tus amigos. Pero para que eso funcione es necesario tener una política documental que nos guíe respecto a dónde y cómo guardar todas esas imágenes y PDFs. La información así digitalizada se puede consultar de manera ubicua y por varias personas a la vez. Y resulta siempre más fácil de rastrear.
Fuente: net_efekt
¿Consideras que eres eficiente en tu día a día?
Que es una pregunta que en realidad resume muchas otras:
- ¿Haces un adecuado uso del correo y del teléfono?
- ¿Te has dotado de un sistema que posibilite sacar provecho de los inevitables tiempos muertos mientras esperas en el juzgado, a tu cliente, en un ayuntamiento,…?
- ¿Creas y utilizas plantillas para hacer escritos más rápidos y de mejor calidad?
- ¿Cuentas con una rejilla de tiempos que te ayude a organizar la semana?
- ¿Cuentas con una base de referencia propia en la que buscar con rapidez tus propias anotaciones, experiencias, documentos, artículos…?
Algunas de las soluciones a todas las preguntas de esta cápsula se resuelven en los ERTEA (Ejercicios de Revalorización del Tiempo y las Energías del Abogado).
¿A qué estás esperando?
Fuente imagen portada: Creaciones Nadal
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